1. DEFINICIÓN
Las personas somos capaces de visualizar, es decir, de imaginar con rasgos visibles algo que no se tiene a la vista. Es un proceso de pensamiento que invoca el uso de los sentidos. Y es en esta capacidad, en lo que se fundamenta la técnica de visualización guiada: podemos imaginarnos intencionadamente, lugares, personajes y situaciones reales o ficticias, pasadas o futuras, que contienen cierta carga emocional.
A través de la visualización guiada, la persona se sumerge de tal manera en la situación que puede activarse o calmarse fisiológicamente, e incluso revivir emociones que sintió en su momento. A través de ella, se promueven ideas y sensaciones agradables, de tranquilidad y seguridad, y se potencian recursos del individuo. Para lograrlo, se necesita un alto grado de concentración, por eso a menudo la visualización viene precedida de técnicas de relajación o ejercicios de respiración. La práctica continuada y la constancia son fundamentales para conseguir resultados y beneficios.
Como dato histórico relevante diremos que a pesar de que el uso de las imágenes mentales ha formado parte de la historia de la psicoterapia, la revolución conductista, a principios del siglo XX dejó desacreditada su práctica, quedando excluidas de la investigación psicológica. Las imágenes habían sido reducidas a meras “cuestiones especulativas” o “conceptos mentalistas” y que según John Watson (1913) no era posible someter a tratamiento experimental. Fue a partir de los años sesenta, cuando se produce un decidido retorno a la investigación psicológica de las imágenes y de sus aplicaciones terapéuticas. Destaca el estudio del oncólogo Carl Simonton y la psicóloga Stephanie Matthews-Simonton, pioneros en el uso de la visualización e imaginación en el tratamiento del cáncer.
Existe evidencia científica que explica por qué funciona esta técnica: un conjunto de experimentos realizados por Rizzolati y colaboradores (1996), donde se le pidió a un grupo de voluntarios que observaran un objeto y se evaluó su actividad cerebral mediante una Tomografía de Emisión de Positrones (TEP). El estudio evidenció que se estimulaban los lóbulos frontal, parietal y el occipital donde están los órganos de la visión. Luego, se le pidió a ese mismo grupo de personas que imaginaran ese mismo objeto, y se realizó de nuevo la evaluación con el TEP.
Los resultados demostraron que en ambos casos se activaron los lóbulos frontal y parietal. Esto nos lleva a una pregunta: ¿qué es entonces la realidad, lo que evidenciamos con nuestros sentidos o lo que imaginamos? Se repitió el experimento, pero en vez de utilizar la visión, se le pidió a las personas que escucharan una palabra, activándose de nuevo las mismas zonas cerebrales, tanto al oír la palabra, que al imaginarla.
2. TIPOS SEGÚN OBJETIVOS
1. Visualización de la situación temida: Consiste en imaginarse la situación temida u objeto fóbico con el máximo detalle posible, para provocar la activación fisiológica de la persona. Una activación parecida a la que se daría ante una exposición en vivo. A continuación, el paciente pone en marcha sus aprendizajes en respiración y relajación, dejando que la activación fisiológica y la
ansiedad disminuyan. Este tipo de práctica forma parte del procedimiento de la Desensibilización Sistemática.
2. Visualización del lugar seguro: En esta variante de la visualización, se le pide al paciente que describa un lugar real o imaginado que le guste, que le de paz, que relacione con seguridad y calma. Colores, olores, sonidos, cuanto más detalle mejor, pues más fácil le será a la persona imaginarse allí. Incluso puede aportar imágenes que ayuden a describirlo más minuciosamente. En muchas ocasiones, las personas suelen elegir la imagen de una playa, de una montaña, una tarde de lluvia o un paisaje de la naturaleza, pudiéndole añadir sonidos de fondo que aumenten la experiencia. A continuación, a través de una serie de instrucciones verbales, se induce al organismo a experimentar mentalmente estados de tranquilidad, sosiego y relajación mental. También se pueden incluir mensajes de cariño y gratitud.
La finalidad es que el paciente, mediante la práctica y a través de la realización de una serie de respiraciones profundas, pueda acudir a ese “lugar seguro” en cualquier momento del día si así lo necesita, y conseguir bajar los niveles de activación fisiológica y más calma mental. Se utiliza en trastornos de ansiedad, depresión, para trabajar el miedo a hablar en público, en el TOC, para afrontar miedos y fobias, trabajar los problemas en el trabajo, adicciones, etc.
3. La visualización creativa: En este caso, el individuo se imagina las cosas que desea conseguir en un futuro y se visualiza a sí mismo con ellas ya conseguidas. Se fundamenta en la necesidad de coherencia de nuestro cerebro: al mandar el mensaje a nuestra mente inconsciente, ésta actuará en nuestro favor y será más probable que actuemos encaminados a cumplir nuestro sueño y por tanto, que lo lleguemos a conseguir. Se puede utilizar para mejorar nuestra autoestima, en el crecimiento personal y profesional, para trabajar los problemas deportivos, para trabajar el afrontamiento de una enfermedad, etc.
4. Revivir una situación pasada y darle un nuevo final: la capacidad de imaginar, le da la oportunidad al paciente, de actuar de otra manera, y/o incluir a otras personas o personajes que le ayuden a superar con éxito la situación y/o le protejan y le hagan sentir más seguro. Consiste en hacer un “como sí” que ayude a la persona a superar el acontecimiento traumático y reintegrarlo en su vida. Se puede usar en EMDR.
3. BENEFICIOS
Entre los beneficios físicos, destaca la reducción de la presión arterial y el ritmo cardiaco, su ayuda a regular la respiración y a promover la oxigenación de las células del organismo. Además, la visualización guiada reduce la tensión muscular por lo que a menudo sirve para aliviar el dolor e incluso se afirma que ayudan a mejorar el funcionamiento del sistema inmunológico.
Por ejemplo: Un estudio publicado en 2010 en Pain Management Nursing, analizó a 30 adultos con osteoartritis (OA). Después de emplear las técnicas de relajación y visualización guiada por cuatro meses, los participantes presentaron menos dolor de OA y mayor movilidad, reduciendo su consumo de analgésicos de venta libre.
Otros beneficios son: la mejora el sueño, el aumento del sentido de control, la disminución de la ansiedad y el estrés, un aumento en la concentración, la creatividad y la resolución de problemas, y un diálogo interno positivo, compasivo y de gratitud.
4. CONSIDERACIONES IMPORTANTES
En Terapia Viva recomendamos aprender y practicar este tipo de técnicas de la mano de uno de nuestros psicólogos profesionales. En nuestro centro, aplicamos la visualización guiada dentro de un proceso psicoterapéutico más amplio, como una herramienta más de la que puede beneficiarse el paciente. Tenemos siempre en cuenta las preferencias de la persona que tenemos delante, pues se trata de su propio tratamiento individual y personalizado.
Además, hay que tener presente que las condiciones básicas que se requieren para practicar la visualización guiada: ponerse en contacto con las sensaciones corporales y el mundo interior, limitando la estimulación externa; pueden constituir una dificultad para cierto tipo de personas a las que les cuesta permanecer quietos notando más intensamente sus sensaciones corporales, tienen pensamientos de pérdida de tiempo, se angustian al contactar con ellos mismos y/o contactan con emociones muy profundas que temen, etc.
Es importante señalar que existen trastornos y problemáticas que no se benefician de la técnica de visualización guiada.
La capacidad de visualizar puede aprenderse, pero requiere práctica. Por ello, es necesaria la constancia para empezar a notar los beneficios que nos aportan esta técnica. Las consignas que se dan al paciente antes de comenzar los diferentes ejercicios y motivarles a intentarlo son:
Por último, a la hora de practicar este tipo de herramientas el contexto o setting cobra especial relevancia. Una luz tenue y agradable, un asiento confortable, el mayor silencio posible, todos estos detalles facilitan la experiencia de la persona que lo practica.
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