Problemas con las relaciones sociales

Los buenos amigos, pueden ser en muchos momentos de la vida, un factor protector a nivel psicológico. Contar con un amigo para hablar sobre cómo te sientes, reírte un rato sobre algo que te ha pasado, disfrutar de un plan agradable juntos, facilita que la vida se vea con alegría y mayor confianza.



Y siendo cierto lo anterior, hay personas que han sufrido en manos de otros: acoso escolar, acoso laboral, criticas hostiles por parte de la familia… y ello puede crear miedos a la hora de relacionarse con otros.

La prevalencia anual de la fobia social en la población general es de 2-3%.

El porcentaje de personas que se consideran a sí mismas tímidas es de 40-50%.

El porcentaje de personas que informan de un gran miedo a hablar en público es de 34%.


De modo que algunas personas, por el miedo que han desarrollado a las relaciones sociales optan por la soledad, pudiendo caer en sentimientos de tristeza y depresión. Es de vital importancia tratar las dificultades con los otros para lograr una vida plena y satisfactoria.

  ¿Cuáles son las principales dificultades con los demás?   


El miedo a ser criticado, no saber decir que no, la dificultad para dar una opinión propia, tener relaciones superficiales que nos hacen sentir solos, el miedo al compromiso son solo algunos de los motivos por los que las personas no nos sentimos bien con los demás. 


De hecho, muchos de nosotros tenemos alguna o varias dificultades de las previamente comentadas, pero ello en sí mismo, puede no suponer un problema debido a que la persona tiene otros recursos como tener una buena autoestima, sentirse amable, empática o tener diversos temas de conversación. 

¿Cuándo supone un problema y es preciso pedir ayuda? 


El problema surge cuando dichos síntomas impiden relacionarse con las demás personas. Es decir, por miedo a que se note la inseguridad, por miedo a ser criticado o por miedo a no ser bien recibido, la persona se retira y evita el contacto con los demás, pudiendo llegar a desarrollar fobia social.


¿Qué es la fobia social? 


La fobia social es un trastorno de ansiedad caracterizado por un miedo intenso, persistente y crónico a ser objeto de juicios negativos por parte de otros: ser avergonzado, humillado o hacer el ridículo. Lo que lleva a algunas personas a desarrollar conductas de seguridad, principalmente: la evitación de situaciones sociales. 

El miedo desencadena síntomas fisiológicos, emocionales y cognitivos: 



  • Los fisiológicos son: los temblores en las manos, las palpitaciones, el rubor, hiperhidrosis, sensación de falta de aire, molestias   gastrointestinales, tensión muscular, tartamudez, sequedad bucal, confusión, necesidad urgente de orinar, insomnio, dolor de   cabeza. 
  • Los síntomas emocionales son: ansiedad, miedo, temor a que se note la inseguridad, miedo a bloquearse, sensación de ser
    juzgado, sensación de que todos lo están observando, 
  • Los síntomas cognitivos son: pensamientos negativos como “me voy a quedar en blanco”, “no sabré que decir”, “no voy a caer bien”, “voy a hacer el ridículo”, etc., creencia de ser visto como alguien raro, loco, etc.


Y estos miedos provocan que la persona algunas veces desarrolle conductas evitativas o de seguridad. Las primeras tienen que ver con no enfrentarse a la situación y las segundas, son conductas con las que intentan protegerse de un modo u otro para disminuir la ansiedad. Dichas conductas atenúan la ansiedad a corto plazo, pero la refuerzan a medio y largo plazo: 


  • Hablar poco o nada, evitar el contacto ocular, meterse las manos en los bolsillos, ignorar a los demás, refugiarse en el cuarto de baño, tensar el cuerpo para no temblar, no comer o beber en público, intentar no comprar nada por miedo a pagar después, pensar en excusas para no ir a la reunión social, sentarse de forma estratégica en un lugar para evitar cierta situación, pensar en qué estará pensando el otro a la vez que habla, etc. 

 ¿Qué causa fobia social? 


La fobia social puede tener diversas causas: 


Apego inseguro:  se desarrolla cuando el niño no puede vincularse a sus padres de manera segura. Los castigos excesivos, la sobreprotección, la frialdad emocional, entre otras actuaciones paternas pueden hacer que el niño sienta que no puede mostrar sus sentimientos y necesidades, y sentir miedo a que sus padres dejen de quererle cuando no es como ellos esperan. Todo ello, puede provocar en el futuro miedo y angustia a no ser como los demás esperan y ser abandonado por ello. 



 - La genética:  algunos científicos llaman al gen 5-HTTLPR, el gen de la timidez. Pero no debemos confundirnos, aunque exista una predisposición genética, no se tiene porqué desarrollar un problema en la relación con los demás. Podría crearse si el círculo cercano de este niño lo anima constantemente a ser más sociable de lo que es, yendo en contra de su voluntad y provocando todo lo contrario a lo que se desea: que el niño se encierre más en sí mismo. Siempre es importante respetar la manera innata de cada uno y prestar ayuda de forma amable y respetuosa. 



Experiencias traumáticas:  los malos tratos o los conflictos en el hogar, el bullyng, el moobing u otras experiencias hostiles, pueden crear miedos en la persona que hagan que no quiera enfrentarse a situaciones sociales. La persona así evita conectar con ese miedo a que vuelva a ocurrir. 



Baja autoestima:  la persona puede sentir y pensar cosas negativas sobre sí misma como que no tiene mucho que aportar en las relaciones, que los demás no querrán pasar tiempo con ella o que la gente es más divertida de lo que es ella. Por miedo a confirmar sus pensamientos, evita enfrentarse a situaciones sociales. 

¿Como es el tratamiento de las dificultades sociales? 


En el tratamiento de la fobia social existen dos principales caminos: 


  1. El trabajo con el pasado y el suceso o los sucesos que pudieron desencadenar el problema para curar la herida emocional que aquello provocó. 


 2. El trabajo en el presente para ganar confianza, recursos y autoestima. 



  1. Pautas psicológicas para gestionar las situaciones temidas. 


  b. Técnicas de comunicación y habilidades sociales. 


  c. Asertividad: aprender a poner límites con cariño y decir lo que necesitamos. 


  d. Trabajo de exposición: de manera gradual, la persona va exponiéndose a situaciones sociales en las que va saliendo del círculo     del miedo donde las fantasías de rechazo tienen todo el poder, para ir entrando en el circulo virtuoso donde se enfrenta a la     realidad y va consiguiendo relaciones satisfactorias. 



   e. Aprender a detectar y gestionar pensamientos limitantes y ansiógenos, para poner en su lugar pensamientos más realistas y    positivos. 


   f. Desarrollar el conocimiento y gestión emocional: ser consciente de qué se esta sintiendo y qué se puede hacer con ello para    aliviar ese sentimiento.


Share by: