La dependencia emocional se caracteriza por una relación, muchas veces de pareja, en la que la persona dependiente idealiza a su pareja y pone a esta persona por encima de todo, incluso de sí misma. Deja a un lado actividades que le gustan, amistades o planes, por pasar más tiempo con esa persona, actitudes que van haciendo que se quede más y más sola/o, retroalimentando su dependencia emocional y su miedo a ser abandonada/o.
Los síntomas que se experimentan cuando se tiene dependencia emocional son los siguientes:
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Busqueda continua de relaciones de pareja
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El hecho de
no tener pareja se puede vivir con sentimientos de anhelo,
preocupación y miedo hacia el futuro. - Necesidad excesiva del otro. Se busca pasar la mayor parte del tiempo junto a la pareja y necesita comprobar constantemente que le quiere.
- Elección frecuente de parejas egoístas, dominantes o narcisistas a las que idealiza . Las parejas que se eligen en algunos de los casos suelen ser muy independientes, autoritarias, poco cariñosas e incluso manipuladoras. Pero los sentimientos de idealización hacen que tales atributos se justifiquen o minimicen.
- Subordinación a la pareja. Sus opiniones, ideas o gustos están por encima de todo, asumiéndolas a veces como propias.
- Prioridad de la pareja sobre cualquier cosa. Se trata de mantener contenta a la pareja a través de una disponibilidad completa, pudiendo cancelar otros planes por estar con ella.
- Miedo e intolerancia a la soledad. La soledad se percibe como algo vergonzoso y temido.
- Necesidad excesiva de agradar. Se busca complacer a la pareja en todos sus deseos, incluso adelantándose a ellos con sorpresas, regalos y planes que se perfilan únicamente pensando en ella.
- Baja autoestima. La persona puede criticarse y juzgarse mucho internamente por cualidades que considera no tener, llegando a compararse con ex parejas de su actual pareja, compañeros de trabajo de la pareja, etc.
- Miedo a la ruptura. Se fantasea con la idea de ser abandonado algún día. Idea que asusta y moviliza el intento de no ser dejado a través de todo lo anterior.
En muchas ocasiones, la persona que sufre dependencia emocional tiene como consecuencia depresión, ansiedad, baja autoestima, inseguridad, problemas de pareja, etc.
“Depender de la persona que se ama es una manera de enterrarse en vida, un acto de auto mutilación psicológica donde el amor propio, el auto respeto y la esencia de uno mismo son ofrendado y regalados irracionalmente. “
Walter Riso
Para una buena salud mental, es vital que las personas apostemos por nuestra independencia y autonomía desde el punto de vista emocional, aprendiendo a tener relaciones enriquecedoras y respetuosas, a la vez que disfrutamos de momentos de soledad. Para ello, el tratamiento se centrará en los siguientes puntos:
- Desarrollar un conocimiento real y profundo sobre uno mismo, a la vez que se conoce también al otro, aceptando y respetando las diferencias de cada uno, sin pretender cambiarlo.
- Detectar patrones de apego y dinámicas dentro de la relación.
- Aprender a reconocer las propias necesidades y encontrar la manera de satisfacerlas.
- Negociar las áreas comunes con la pareja de una manera asertiva, estando en contacto con tu propio criterio, gustos personales y apetencias.
- Establecer pautas de relación de colaboración, entendimiento y apoyo mutuo.
- Aumentar la propia autoestima y la valoración positiva del otro.
- Profundizar en la comunicación de los propios sentimientos.
Para conseguir todo esto, utilizamos las técnicas más efectivas de las diferentes corrientes de la psicología, combinadas con aquellas que conecten mejor con el paciente, teniendo muy presente la importancia del vínculo en el proceso.
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