1. ¿Qué es la autoestima?
Desde un punto de vista etimológico la palabra autoestima está formada por el elemento “auto-” que viene del griego autos y significa por sí mismo o propio, y la palabra “estima” del verbo estimar del latín aestimare que significa evaluar, valorar, tasar.
Por lo tanto, la autoestima viene a ser como nos valoramos a nosotros mismos.
El constructo psicológico de autoestima (o autoconcepto) se remonta a William James, a finales del siglo XIX, quien, en su obra Los Principios de la Psicología, estudiaba el desdoblamiento de nuestro «Yo-global» en un «Yo-conocedor» y un «Yo-conocido». Según James, de este desdoblamiento, del cual todos somos conscientes en mayor o menor grado, nace la autoestima.
“La autoestima podría considerarse como la buena relación que tienen las personas consigo mismas. Aunque el mundo que nos rodea y los otros, juegan un papel muy importante en esta relación.”
Si es una relación de respeto, amor, autoconfianza y seguridad estaremos hablando de una sana o buena autoestima. Cuando las personas refieren tener una baja autoestima se sienten muy solas, tristes y pueden caer en el desaliento y la desesperanza.
2. Frases célebres sobre la autoestima que te pueden inspirar
3. Autoestima y Apego: ¿De dónde viene la autoestima?
La autoestima no parece llegar sola y no solo en la mochila de nuestra carga genética. Lee y reflexiona sobre las autoafirmaciones de este ejercicio propuesto por Virginia Satir. ¿Te identificas con éstas?
AFIRMACIÓN DE LA AUTOESTIMA
► Quiero que me escuches sin juzgarme
► Que opines sin aconsejarme
► Que confíes en mí sin exigirme
► Que me ayudes sin intentar decidir por mí
► Que me cuides sin anularme
► Que me mires sin proyectar en mí lo tuyo
► Que me abraces sin asfixiarme
► Que me animes sin empujarme
► Quiero que me sostengas sin hacerte cargo de mí
► Que me protejas sin mentiras
► Que te acerques sin invadirme
► Que conozcas las cosas que más te disgustan de mi, sin pretender cambiarlas
► Quiero que sepas…que hoy puedes contar conmigo, sin condiciones
¿No se asemejan a peticiones que, hipotéticamente, podría pedirle un hijo a sus padres? ¿Muchas veces, incluso antes de que sepa hablar o pueda expresarse con tanta claridad y asertividad? Más tarde, ¿no es algo que te gustaría decirle a tus profesores, jefes, conocidos, amigos, pareja?
Según muchos estudios sobre el desarrollo, con la Teoría del Apego de Bowlby a la cabeza, y los estudios de Mary Ainsworth (1978) posteriormente, parece que el tipo de apego desarrollado en nuestra infancia depende del estilo de crianza que nuestros padres y personas significativas nos dieron. Es decir, cómo se relacionan los padres con sus hijos desde que son pequeños, y también, cómo es el tipo de apego de nuestros propios padres, influye en cómo el niño va relacionándose con los demás, con el mundo y consigo mismo. Así, poco a poco, irá desarrollando su identidad, su autoconcepto y de ahí su autoestima.
De muchos factores depende el AUTOCONCEPTO o la AUTOESTIMA, no solo de lo que ocurrió en nuestra infancia, tampoco es algo estático, es claro que va cambiando a lo largo de la vida y que las experiencias pueden hacer que en unos momentos tengamos mejor o peor autoestima. Sin embargo, creemos que sí subyace un estilo básico de apego, que tiene que ver con la seguridad y con la autoestima.
Por ello, nos parece importante exponer los tipos de apego y hemos escogido el Modelo de prototipos de Bartholomew y Horowitz (1991) en el que se plantean cuatro tipos de apego principales, uno de ellos seguro y tres de tipo inseguro. Aunque no hay absolutos, y puede que se despliegue un estilo u otro dependiendo del contexto relacional en el que esté la persona. Estos tipos pueden clasificarse de acuerdo a dos características principales:
● La proximidad o alejamiento que el individuo presenta hacia el resto de personas.
● La ansiedad que se produce durante las interacciones sociales.
Sabemos hoy, hasta qué punto es clave establecer vínculos fuertes y de seguridad durante la infancia. Pero ¿Qué podemos hacer de adultos?, ¿Cómo podemos llegar a desarrollar la suficiente confianza en nosotros mismos para tener una buena autoestima? Una buena autoestima que nos ayude a relacionarnos de forma saludable con los demás.
4. Tratamiento para mejorar la autoestima.
a. Síntomas de baja autoestima. La baja autoestima se define como la dificultad que tiene la persona para sentirse valiosa en lo profundo de sí misma, y por tanto digna de ser amada por los demás. En este punto es importante que la persona busque ayuda para superar los miedos que le agobian, lo cual muchas veces puede contribuir a descubrir cuál es el hecho que desencadenó la baja de autoestima.
Las personas que sufren de baja autoestima suelen pensar de sí mismas:
Si te identificas con alguna de estas afirmaciones, puede que tengas una baja autoestima
b. Características comunes en la baja autoestima son las siguientes:
c. ¿En qué te ayudamos para mejorar tu autoestima?
En psicoterapia individual, talleres y terapias grupales que hemos venido realizado en Terapia Viva, muchas de las ansiedades y angustias de nuestros pacientes están relacionadas con sus fracasos en las relaciones interpersonales. Estos fracasos minan su autoestima y les dejan con diversas emociones/sentimientos residuales y persistentes. La culpa, frustraciones, decepciones, inseguridades, miedos, dependencias emocionales…son todo un crisol que no hace más que acrecentar el bajo concepto que tienen de sí mismos. Es verdad que hay que trabajar en fortalecer la relación que uno tiene consigo mismo pero, de igual importancia, es la posibilidad de tener experiencias interpersonales significativas en sentido positivo. Queremos decir con ello que, si la autoestima se fragua en la primera infancia en relación con nuestros padres, es en una relación sana con otras personas como podremos mejorarla y hacerla crecer.
Por lo tanto, para mejorar la autoestima proponemos empezar por uno mismo y luego trabajar en tener relaciones satisfactorias con el otro y en todos los ámbitos de nuestra vida. Los pasos a dar para el tratamiento de una baja autoestima son:
5. Algunas pautas para mejorar tu autoestima.
Para aumentar la autoestima, en Terapia Viva proponemos trabajar a varios niveles: pensamientos, emociones y conducta; mente y cuerpo; en diferentes fases, porque no todos estamos en el mismo momento vital, y trabajando todas las áreas de la vida: familia, trabajo, relaciones sociales, pareja, propósito vital, para resolver los problemas de baja autoestima.
¿Cómo mejorar la autoestima?
Es muy importante generar mayor autoconciencia a través de herramientas que ayuden a la reflexión y la introspección, como podría ser la terapia, la meditación y/o el mindfulness. Además, a nivel práctico empezamos con ejercicios de autoestima y conductas que hagan que se refuercen algunos de los pilares básicos como la autoconfianza, el autorrespeto, y la autoaceptación, como por ejemplo:
a. Practicar la gratitud y celebrar, ya que es un acto de generosidad hacia uno mismo y hacia el mundo: cuando hablamos de gratitud estamos refiriéndonos a que la persona pueda hacer un repaso de su vida y agradecerse el haber llegado hasta el momento presente gracias sus recursos y habilidades. Sería muy bueno que la persona pudiera repasar o escribir, a modo de diario, todos aquellos hitos importantes en su vida, que le han ayudado a llegar a ser lo que es a día de hoy. Si la persona está deprimida y triste le puede costar darse cuenta de todo lo que ha resuelto y las crisis que ha superado, lo importante es que se esfuerce en hacer este ejercicio y cambie su manera de mirarse por una más positiva. También, es muy importante que se celebre, celebrar la vida, los cumpleaños, cualquier paso que se da en favor de su bienestar o en favor de los demás. Celebrar ayuda a disfrutar tanto de los grandes logros, como de las pequeñas cosas. Y por último, agradecer a los demás, de corazón cuando son considerados, cuando tienen un gesto amable, cuando nos dan los buenos días o tienen un gesto de reconocimiento. Agradecer a todas las personas y a nosotros mismos por estar vivos.
b. Respeta a los demás y a ti mismo. Por otro lado, las personas que sienten baja autoestima también tienden a aislarse y a sentirse solas. En muchas ocasiones es el resultado de creer que los demás no les comprenden, sentirse rechazados, creer que son bichos raros o que el mundo es injusto con ellos. Cuando las personas perciben incomprensión por parte de los demás, suele darse el caso de que es un camino de doble dirección: muchas personas que se sienten así, tampoco comprenden ni entienden a los demás.
Quizá, se han alejado mucho por miedo a recibir un doloroso rechazo. En la experiencia de ir recuperando la autoestima, pueden trabajar en abrir su mente a la comprensión de los otros y aprender a poner el foco en aspectos en los que antes no se habían fijado y que ahora pueden cobrar un sentido más positivo.
c. Trabaja en la asertividad , en el establecimiento de límites con respeto por los demás como por uno mismo, que ayudará a poner en perspectiva la situación, a poder relacionarse de manera sana y sin tanta inseguridad. La asertividad es una estrategia de comunicación básica para el buen entendimiento y que, sin embargo, pocas personas practican. Se trata de hablar, escuchar, dar la propia opinión y pedir lo que se necesita con respeto, además de apropiarse de los propios sentimientos sin poner la culpa en los otros ni en uno mismo. Otra forma de derribar barreras, es la de desarrollar una labor contributiva, ya que sentir que se puede aportar algo bueno a otras personas genera, no solo buena autoestima si no, compasión y acercamiento a los demás.
d. Pasa a la acción con la aceptación: La aceptación supone observar con cariño y compasión tanto las zonas erróneas como las zonas de éxito. Los momentos difíciles o los fallos que se comenten a lo largo de la vida sirven para crecer, eso es algo que deberíamos integrar como una verdad irrefutable. En la aceptación, también se encuentra la solución a la eterna pelea de quitarse de encima y a toda costa el malestar. Cuando se acoge el dolor y la crisis, y la persona logra observarse sin juicios, es mucho más posible que entre en una profunda comprensión de lo que le pasa y esté más cerca de superarlo. Hay que pasar a la acción, aunque no apetezca, porque las ganas vienen retroalimentadas por la propia acción. Así que, una estrategia poderosísima es ir dándole a nuestro cerebro razones por las que sentirse bien. Por ejemplo, salir con amigos, aunque apetece más quedarse en casa aburrido y solo. Sonreír frente al espejo, aunque al principio salga una mueca torcida. Se trata de tomar acción aceptando que aún no estoy bien, que quizá no es mi mejor momento, que salgo a la calle aceptando mi mochila llena de piedras, para luego poder deshacerme libremente de ella. Hay muchas prácticas que nos pueden ayudar a tener un buen estado de ánimo, si nos tratamos con amor y nos cuidamos, vamos a estar considerándonos de una manera positiva
e. Ponte pequeñas metas y practica: salir de un estado anímico deprimido puede resultar más fácil si la persona se pone metas más pequeñas con mucha probabilidad de éxito. Te recomendamos estas actividades para trabajar la autoestima:
¿Cuál sería tu primer paso para mejorar tu autoestima?
Cuando realizamos actividades que nos gustan, significa que nos estamos encargando de nosotros mismos y que estamos tomando las riendas de nuestra vida, que llevamos el control. Y algo que genera muchísima autoestima y autoconfianza es la generación de control sobre nuestra propia vida.
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