1. DIFERENCIANDO ENTRE MIEDO Y FOBIA
El miedo es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, y se manifiesta en todos los animales, lo que incluye al ser humano. Es por tanto, una emoción universal y adaptativa. Todos hemos sentido miedo alguna vez ante determinadas circunstancias o acontecimientos. Se denomina miedo lógico cuando responde a una situación real de peligro o desconocimiento y sirve para estar más atentos y actuar en caso necesario. El miedo nos protege y nos ayuda a sobrevivir.
Fisiología del miedo
La estructura llamada amígdala cerebral, controla las emociones básicas, como el miedo y se encarga de localizar la fuente del peligro. Cuando la amígdala se activa se desencadena la sensación de miedo y ansiedad, y su respuesta puede ser la huida, el enfrentamiento o la paralización. Se ha encontrado que la sensación de miedo está mediada por la actuación de la hormona vasopresina en dicha estructura. Pero el mecanismo del miedo es más complejo e interactúa con la corteza cerebral y otras partes del sistema límbico.
La sensación de miedo produce cambios fisiológicos inmediatos: se incrementa el metabolismo celular, aumenta la presión arterial, la glucosa en sangre y la actividad cerebral, así como la coagulación sanguínea. El sistema inmunitario se detiene (al igual que toda función no esencial), la sangre fluye a los músculos mayores (especialmente a las extremidades inferiores, en preparación para la huida) y el corazón bombea sangre a gran velocidad para llevar hormonas a las células (especialmente adrenalina). También se producen importantes modificaciones faciales: agrandamiento de los ojos para mejorar la visión, dilatación de las pupilas para facilitar la admisión de luz, la frente se arruga y los labios se estiran horizontalmente.
Cuando el miedo se convierte en un trastorno, surgen las fobias
Cuando el miedo responde a situaciones, personas o acontecimientos que por sí mismos no entrañan un peligro o si lo hacen, la reacción es desproporcionada e incontrolada; se puede valorar la posibilidad de que el sentimiento de miedo está escondiendo algo más.
Lo usual es que la persona experimente una gran ansiedad cuando se encuentra ante lo temido, a pesar de que pueda ser consciente de que no representa un peligro real para su vida. Sin embargo, se ve incapaz de dejar de prestar atención a la fuente de miedo, retroalimentando la activación fisiológica, perdiendo eficacia y perspectiva. Pueden aparecer pensamientos catastrofistas y manifestaciones somáticas, llegando incluso a sufrir un ataque de pánico.
Pese a lo anteriormente mencionado, las personas suelen evitar lo temido y/o tratan de normalizar sus pensamientos, sentimientos y conductas; no acudiendo al psicólogo hasta que su funcionalidad se ve muy mermada, la fobia interfiere en su vida diaria porque tienen que enfrentarse y superarlo por necesidad y/o les causa un gran dolor y sufrimiento.
Datos de interés
Especialistas hablan de una prevalencia del 9% a nivel mundial en 2017, siendo el trastorno más común. En 2015 se publicó que el 6% de la población española padecía de algún tipo de fobia. En España el 3,5% de la población manifiesta síntomas que encajan en un trastorno de fobia específica. Y es más del doble de frecuente en mujeres que en varones (1,9% en ellos y 5% en ellas).
2. TIPOS SEGÚN EL DSM-V
Las fobias son clasificadas dentro de los trastornos de ansiedad, y de acuerdo a ello, se diferencian del trastorno de ansiedad generalizada en que el estrés, el miedo y la ansiedad se encuentran dirigidos a un objeto o situación específicos y sencillos de localizar.
El DSM-V contempla 3 tipos de fobias:
Fobia Específica:
Miedo o ansiedad intensa y casi inmediata por un objeto o situación específica (p. ej., volar, alturas, animales, administración de una inyección, ver sangre). La persona evita o se resiste activamente con miedo o ansiedad intensa, siendo desproporcionados al peligro real que plantea el objeto o situación específica y al contexto sociocultural. Es persistente, y dura típicamente seis o más meses.
Existen categorías:
a. Animal (p. ej., arañas, insectos, perros)
b. Entorno natural (p. ej., alturas, tormentas, agua)
c. Sangre-inyección-herida (p. ej., agujas, procedimientos médicos invasivos)
Es importante señalar que este tipo de fobias presentan una reacción bifásica que se caracteriza por un aumento de la frecuencia cardiaca y la tensión arterial, seguida por un descenso brusco de ambos parámetros, lo cual causa una sensación de desvanecimiento que puede terminar en desmayo.
d. Situacional (p. ej., avión, ascensor, sitios cerrados)
Fobia Social:
Miedo o ansiedad intensa y casi inmediata en una o más situaciones sociales en las que el individuo está expuesto al posible examen por parte de otras personas. Algunos ejemplos son las interacciones sociales (p. ej., mantener una conversación, reunirse con personas extrañas), ser observado (p. ej., comiendo o bebiendo) y actuar delante de otras personas (p. ej., dar una charla). El individuo tiene miedo de actuar de cierta manera o de mostrar síntomas de ansiedad que se valoren negativamente (es decir, que lo humillen o avergüencen; que se traduzca en rechazo o que ofenda a otras personas. La persona evita o se resiste activamente con miedo o ansiedad intensa, siendo desproporcionados al peligro real que plantea la situación y al contexto sociocultural. Es persistente, y dura típicamente seis o más meses.
Agorafobia:
Miedo o ansiedad intensa y casi inmediata acerca de dos (o más) de las cinco situaciones siguientes: 1. Uso del transporte público (p. ej., automóviles, autobuses, trenes, barcos, aviones). 2. Estar en espacios abiertos (p. ej., zonas de estacionamiento, mercados, puentes). 3. Estar en sitios cerrados (p. ej., tiendas, teatros, cines). 4. Hacer cola o estar en medio de una multitud. 5. Estar fuera de casa solo. El individuo teme o evita estas situaciones debido a la idea de que escapar podría ser difícil o podría no disponer de ayuda si aparecen síntomas tipo pánico u otros síntomas incapacitantes o embarazosos (p. ej., miedo a caerse en las personas de edad avanzada; miedo a la incontinencia). La persona evita o se resiste activamente con miedo o ansiedad intensa, siendo desproporcionados al peligro real que plantea la situación y al contexto sociocultural. Es persistente, y dura típicamente seis o más meses.
3. LISTADO DE FOBIAS MÁS COMUNES
Ablutofobia Miedo a bañarse o lavarse.
Acarofobia Miedo a los ácaros y a otros parásitos.
Acluofobia, escotofobia, nictofobia Miedo a la oscuridad.
Acrofobia, altofobia, batofobia Miedo a las alturas, a los lugares elevados.
Acusticofobia Miedo a los sonidos, al ruido.
Aerofobia Miedo a los aviones
Agateofobia Miedo o angustia a la locura.
Aicmofobia Miedo o angustia a los objetos puntiagudos.
Amaxofobia Miedo a los vehículos, miedo a conducir (fobia a conducir), miedo a encontrarse en un vehículo en movimiento
Antofobia Miedo a las flores.
Antropofobia Miedo a las personas.
Anuptafobia Temor o angustia de permanecer soltero.
Apeirofobia Miedo al infinito.
Apifobia Miedo o angustia a las abejas.
Aracnofobia Miedo a las arañas.
Asimetrofobia Miedo de las cosas asimétricas.
Astrafobia Miedo a los destellos, truenos y relámpagos.
Bacteriofobia Miedo a las bacterias.
Balistofobia Miedo a las armas, municiones, revólveres.
Basofobia Miedo a no poder caminar o a caerse.
Batofobia Miedo a las profundidades.
Belonefobia Miedo a las agujas.
Bromidrosifobia Miedo a desprender mal olor corporal.
Brontofobia Miedo a los truenos, a las tormentas.
Cancerofobia, carcinofobia, cancerfobia Miedo al cáncer.
Cardiofobia Miedo a padecer enfermedades del corazón. Miedo a escuchar latir el propio corazón.
Cenofobia Miedo a los grandes espacios, al vacío.
Cinofobia Miedo a los perros.
Claustrofobia Miedo a los lugares cerrados.
Coulrofobia Miedo a los payasos.
Cropostasofobia Miedo al estreñimiento.
Cromofobia Miedo a los colores.
Decidofobia Miedo a tomar decisiones.
Demofobia Miedo a las multitudes.
Eisoptrofobia Miedo a los espejos.
Emetofobia Miedo a vomitar
Entomofobia Miedo a los insectos.
Eritrofobia Miedo a ruborizarse y al color rojo.
Ermitofobia Miedo a estar solo.
Escatofobia Miedo a las heces.
Esciofobia Miedo a las sombras
Fagofobia Miedo a tragar cosas.
Fobia dental Miedo extremo e intensificado al dentista y al tratamiento odontológico. Fonofobia Miedo al ruido.
Fotofobia Miedo a la luz.
Gefirofobia Miedo a cruzar puentes
Hematofobia, hemofobia Miedo a la sangre.
Hexakosioihexekontahexafobia, o triplehexafobia Miedo al número 666.
Hidrofobia Miedo al agua; a ahogarse; a nadar.
Hodofobia Miedo a viajar.
Homofobia Miedo o aversión a los homosexuales o a convertirse en homosexual.
Hipsifobia Miedo a la altura.
Hipnofobia Miedo a dormir o a ser hipnotizado.
Mirmecofobia Miedo a las hormigas.
Misofobia Miedo a la contaminación con la suciedad y gérmenes.
Musofobia Miedo a los ratones.
Necrofobia Miedo a la muerte, a las cosas muertas, a los cadáveres.
Nosocomefobia Miedo a los hospitales.
Nosofobia Miedo a las enfermedades.
Numerofobia Miedo a los números.
Ofidiofobia Miedo a las serpientes.
Odontofobia Miedo a la cirugía dental.
Ombrofobia Miedo a la lluvia
Ornitofobia Miedo a los pájaros.
Panfobia, Pantofobia Miedo a todo
Paraskevidekatriafobia Miedo al viernes 13, a viajar o a hacer cualquier actividad importante en esta fecha. (rel.: trezidavomartiofobia).
Pediofobia Miedo a las muñecas. Pedofobia Miedo a los niños.
Pogonofobia Miedo a las barbas
Pirofobia Miedo al fuego.
Pluvifobia Miedo a la lluvia.
Sidafobia Miedo pánico a contraer SIDA.
Siderodromofobia Miedo a los trenes.
Tafefobia, tafiofobia Miedo a ser enterrado vivo, a los cementerios.
Talasofobia Miedo al mar.
Tanatofobia Miedo a la muerte.
Tapinofobia Miedo a contagiar enfermedades o a ser contagioso.
Tricopatofobia Miedo a las enfermedades y patologías del cabello
Zoofobia Miedo a los animales.
4. ORIGEN Y EL DESARROLLO DE LAS FOBIAS
En general, las fobias comienzan en la niñez o en la adolescencia y continúan durante la edad adulta.
Existen varios factores a tener en cuenta en su generación:
Según pensamientos más conductistas, las fobias son algo aprendido. Provienen de experiencias traumáticas vividas o escuchadas que se han quedado grabadas profundamente en el cerebro, así como las sensaciones negativas que se vivieron; por lo que cuando la persona vuelve a exponerse a situaciones similares, revive esas sensaciones, amplificadas por el miedo.
En otros modelos más profundos, el miedo existente corresponde a un conflicto básico inconsciente y no resuelto, al que hace referencia.
En Terapia Viva consideramos también, que la fobia puede ser un mecanismo de defensa y que la persona materializa su miedo en algo que puede controlar, aunque parezca que la emoción le desborda. La persona utiliza la fobia de manera inconsciente para focalizar su miedo en algo que le es soportable de sostener. En este caso, la educación de nuestros padres y las creencias transmitidas, juegan un importante papel.
Estudios realizados demuestran que en ocasiones puede existir una vulnerabilidad biológica hereditaria, a través de un sistema nervioso más lábil y reactivo.
5. ¿CÓMO TRATAMOS LOS MIEDOS Y FOBIAS EN TERAPIA VIVA?
En Terapia Viva sabemos que esta sintomatología genera mucho sufrimiento y angustia; y además, puede llegar a ser especialmente incapacitante.
Abordamos la problemática desde los diferentes niveles de intervención en la persona en función de lo que mejor se adapte al paciente y le funcione:
- Identificaremos la fobia, desde cuándo está y cómo afecta en el día a día.
- A nivel más conductual, adaptamos la Exposición con Prevención de Respuesta (EPR) dependiendo del tipo de fobia a tratar. Para ello, establecemos diferentes niveles de exposición en imaginación y en vivo, para que la persona pueda ir asumiendo retos; entrenándola previamente en relajación, mindfulness e imaginación guiada personalizada sobre un lugar seguro, para que aprenda a manejar los síntomas físicos.
- Trabajamos con los pensamientos del paciente, las distorsiones cognitivas, las creencias irracionales, la sobreestimación de la amenaza, etc.
La psicoeducación y entender cómo funciona nuestro cerebro es fundamental en este nivel. Nos permite desarrollar estrategias y cultivar otras maneras de pensar y de relacionarnos con nosotros mismos desde la compasión, el amor y la gratitud.
- Y también tratamos el miedo y la fobia como síntoma de algo más profundo que le puede estar sucediendo al paciente, integrando que toda persona demanda necesidades relacionales. Acogemos y trabajamos en profundidad las emociones desde el vínculo terapéutico, con respeto, aceptación y amor incondicional. Desde aquí, profundizamos en la historia de vida de la persona y su familia, para que pueda comprender y conocer de dónde viene quien es hoy, por qué desarrolló este mecanismo, este síntoma; y cómo fue la relación de apego con sus padres y su educación; pudiendo romper el patrón familiar y potenciar las fortalezas heredadas.
- El simbolismo del objeto, persona o situación temida y su trabajo con herramientas más creativas, artísticas, emocionales, etc; son otra vía de intervención eficaz en este tipo de miedos y fobias
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