Hablar en público

1.  DEFINICIÓN       


El ejercicio de Hablar en Público puede provocar diversas reacciones: encontraremos a personas que disfrutan de ello, pero también habrá otras que sientan temor y nervios, pudiendo llegar incluso a sufrir glosofobia .     

Si estás leyendo esto, seguramente seas del segundo tipo. Queremos que conozcas más sobre esta problemática, para que puedas comprenderte mejor; y conozcas como trabajamos en Terapia Viva.


Este miedo excesivo es un ejemplo de Fobia Social , unos de los Trastornos de Ansiedad que describe el DSM-V:     


Fobia Social:     


Miedo o ansiedad intensa y casi inmediata en una o más situaciones sociales en las que el individuo está expuesto al posible examen por parte de otras personas. Algunos ejemplos son las interacciones sociales (p. ej., mantener una conversación, reunirse con personas extrañas), ser observado (p. ej., comiendo o bebiendo) y actuar delante de otras personas (p. ej., dar una charla). El individuo tiene miedo de actuar de cierta manera o de mostrar síntomas de ansiedad que se valoren negativamente (es decir, que lo humillen o avergüencen; que se traduzca en rechazo o que ofenda a otras personas. La persona evita o se resiste activamente con miedo o ansiedad intensa, siendo desproporcionados al peligro real que plantea la situación y al contexto sociocultural. Es persistente, y dura típicamente seis o más meses.   


El individuo tiene miedo de actuar de cierta manera o de mostrar síntomas de ansiedad que se valoren negativamente (es decir, que lo humillen o avergüencen; que se traduzca en rechazo o que ofenda a otras personas. La persona evita o se resiste activamente con miedo o ansiedad intensa, siendo desproporcionados al peligro real que plantea la situación y al contexto sociocultural. Es persistente, y dura típicamente seis o más meses.   

  2.  ORIGEN DE ESTA FOBIA       


Cuando vamos a dar una charla, nuestro cerebro se pone en alerta e interpreta que el hecho de que un conjunto de personas nos miren atentamente, es una situación potencialmente amenazante. ¿Esto qué significa? Pues que hasta que se demuestre lo contario, nuestro público puede ser “un león” o “un gatito”…y nosotros podemos percibir que tenemos capacidad para enfrentarnos con éxito a la amenaza o por el contrario, que carecemos de los recursos necesarios… Así que, sentir miedo está diciendo que nuestro cerebro funciona correctamente.     


Pero además, tenemos que sumar otros factores que median en este proceso, como la memoria de situaciones vividas pasadas: alguna mala experiencia, crítica destructiva; o recuerdos de historias que nos han contado, etc. relacionadas con la exposición ante un grupo de personas…ya que pueden activarnos y/o aumentar nuestra sensación de león.     


Pero además, existen ciertos factores de vulnerabilidad como timidez, falta de habilidades sociales, inseguridad o baja autoestima, miedo al fracaso, preocupación excesiva a la valoración de los demás. Y la educación familiar y los mensajes que nuestros cuidadores principales nos han transmitido también juegan un importante papel: la exigencia y el perfeccionismo, la vergüenza, el rechazo, el “no es importante lo que tienes que decir”, etc.     


Físicamente, el Sistema Nervioso Autónomo reacciona con aumento de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial, pupilas dilatadas, aumento de la sudoración y de la ingesta de oxígeno, rigidez de cuello y/o parte superior de los músculos de la espalda, y sequedad de boca. Los síntomas más verbales, pueden ser una voz tensa y temblorosa, y la repetición de "Umms" y "Ahhs". Se producen una serie de cambios corporales que nos preparan para actuar en caso de necesidad: podremos atacar, huir o quedarnos “congelados”.     


Ahora bien, aunque racionalmente sabemos que nuestra audiencia no nos quiere comer; a veces, sentimos que nuestro cuerpo “va por libre” y actúa como si estuviera ante un gran peligro, perdemos el control. Nos tiembla la voz, nos sudan las manos, incluso podemos quedarnos en blanco… y decirnos a nosotros mismos: “no pasa nada”, “tranquilo”… en este momento, no nos funciona; Es más, pueden aparecer pensamientos autodestructivos que aumentarán nuestras sensaciones corporales.     


Todo esto, puede culminar en una sintomatología más grave o aparatosa: la persona puede sentir náuseas, llegando incluso a vomitar; padecer problemas intestinales; sufrir crisis de pánico; etc. Incluso con el simple hecho de imaginarse en esa situación. Lo que lleva al paciente a evitar cualquier escenario que requiera exponerse de esta manera, pudiendo repercutir en su situación laboral y creándole un gran sufrimiento.     

3. ¿CÓMO TRATAMOS EL MIEDO A HABLAR EN TERAPIA VIVA?   


En Terapia Viva, ponemos la Psicología y el Coaching a tu servicio, para que puedas superar esta fobia y sobre todo, aliviar el sufrimiento que te genera.   

Abordamos la problemática de manera global, atendiendo a todos los niveles de la persona y así, conseguir la mayor eficacia:   


- Identificaremos la fobia, desde cuándo está y cómo afecta en el día a día.   

- Practicaremos herramientas eficaces: Tradicionalmente, se ha puesto más foco en los aspectos relativos a la información que queremos transmitir: practica ante un espejo, apréndete de memoria el texto que deseas decir, vocaliza, habla despacio… y un largo etcétera centrado, como os decía, en la transmisión correcta del mensaje. Actualmente, sabemos que cuando comunicamos, no todo es tan racional como parece. Hoy en día, trabajamos con una visión mucho más grande que engloba, desde comunicarnos directamente con nuestro Sistema Nervioso, trabajar en nuestra marca personal, hasta el sentimiento con el que se queda nuestro público al finalizar la charla, pasando por el lugar físico donde se da está interacción, por ejemplo.   

- A nivel más conductual, adaptamos la Exposición con Prevención de Respuesta (EPR) dependiendo del tipo de fobia a tratar. Para ello, establecemos diferentes niveles de exposición en imaginación y en vivo, para que la persona pueda ir asumiendo retos; entrenándola previamente en relajación, mindfulness e imaginación guiada personalizada sobre un lugar seguro, para que aprenda a manejar los síntomas físicos.   

- Trabajamos con los pensamientos del paciente, las distorsiones cognitivas, las creencias irracionales, la sobreestimación de la amenaza, etc.   


La psicoeducación y entender cómo funciona nuestro cerebro es fundamental en este nivel. Nos permite desarrollar estrategias y cultivar otras maneras de pensar y de relacionarnos con nosotros mismos desde la compasión, el amor y la gratitud.   


- Y también tratamos el miedo y la fobia como síntoma de algo más profundo que le puede estar sucediendo al paciente, integrando que toda persona demanda necesidades relacionales. Acogemos y trabajamos en profundidad las emociones desde el vínculo terapéutico, con respeto, aceptación y amor incondicional. Desde aquí, profundizamos en la historia de vida de la persona y su familia, para que pueda comprender y conocer de dónde viene quien es hoy, por qué desarrolló este mecanismo, este síntoma; y cómo fue la relación de apego con sus padres y su educación; pudiendo romper el patrón familiar y potenciar las fortalezas heredadas.   




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