El Instituto Nacional de Abuso de Drogas (National Institute on Drug Abuse, NIDA) ha indicado que toda adicción es “sin lugar a dudas una enfermedad cerebral y ha desechado para siempre que se trate de un fallo voluntario del carácter” (Baler y Volkow, 2011). aesed.com
Las adicciones se producen por una desregulación en los centros del placer del cerebro debido a la realización de conductas de búsqueda de estímulos placenteros que termina volviéndose compulsiva, con incapacidad de la persona para controlar su consumo y la posterior aparición de un cuadro de síntomas y signos durante los periodos de abstinencia.
Los llamados centros del placer están regulados por neurotrasmisores como la dopamina, responsable de la motivación, el placer y la búsqueda de recompensas. Cuando estimulamos los centros del placer de forma repetitiva, con estímulos que provocan
placer, novedad de forma rápida y fácil, podríamos decir que se sobreestimula el sistema dopaminérgico en el cerebro, lo que no nos permite pensar con claridad y nos deja enganchados al estímulo, bien sea una sustancia, comida, redes sociales, juego…etc…Esta es también la forma en la que nuestro cerebro sufre un “condicionamiento operante”, por el cual, a pesar de no estar frente al estímulo, el solo hecho de recordarlo nos va a impulsar a buscarlo. Recordemos el experimento del perro de Pávlov, por el cual, un timbre sonaba siempre que alimentaba a su perro, tras varias repeticiones, el solo hecho de hacer sonar el timbre hacía salivar al perro, aunque no se le presentara la comida.
“La adicción se define como un trastorno crónico y recurrente caracterizado por la búsqueda y el consumo compulsivo de la droga a pesar de sus consecuencias negativas. Se la considera un trastorno cerebral porque genera cambios funcionales en los circuitos del cerebro que participan en la recompensa, el estrés y el autocontrol.”
Aunque cada sustancia o cada estímulo posee un mecanismo de acción peculiar, todos ellos afectan directa o indirectamente a una vía nerviosa presente en el cerebro que es el sistema mesolímbico de recompensa. Es decir, acortan el circuito de estímulo-recompensa, haciéndonos cada vez más tolerantes al estímulo, por lo que vamos a necesitar cada vez más cantidad para recibir el placer al que habíamos llegado en los primeros consumos. A este fenómeno se le llama habituación, por el cual “enganchados” a la dopamina necesitamos cada vez más estímulos y más intensos. Además, de estar condicionados como el perro de Pávlov.
2. Alarma: ¿Soy adicto? ¿Qué nos pone sobre aviso?
¿Me paso las horas muertas dando likes en las redes sociales y pendiente de un pulgar o un corazón?
Ha crecido el número de personas que fuman
cannabis y tabaco, según se desprende de la última Encuesta sobre Alcohol y Drogas en España (Edades) 2017/2018,
realizada sobre una muestra de 21.249 personas en España. redacciónmedica.com
¿Veo porno y cada vez estoy más alejado de las personas reales de mi entorno, me cuesta tener relaciones sexuales con mi pareja, y cada vez necesito ver más y más para llegar a sentirme satisfech@?
¿Consumir cocaína me da la fuerza para afrontar las exigencias de mi día a día?
¿Cuándo bebo alcohol me desinhibo, hago tonterías y luego tengo lagunas?
¿Fumo mariguana porque tengo mucha ansiedad y me ayuda a dormir, aunque luego me siento irritable?
Tabaco: es legal, ¿no? Yo no soy un adict
¿Me estoy aislando de mi familia y amigos, tengo un hábito inconfesable que ya no puedo controlar y creo que estoy arruinando mi vida y mi salud?
Las señales de la adicción parecen claras pero, muchas veces son los demás los que se dan cuenta antes que uno mismo. Cuando se trata de sustancias, parece más identificable, pero hay numerosos hábitos hoy en día que podrían pasar más desapercibidos que otros por estar socialmente aceptados y/o legalizados o arropados por el grupo social de pertenencia: alcohol, tabaco, cannabis, compras, videojuegos, porno, juego, comida basura, redes sociales…
Los efectos de la adición son numerosos, primero una sensación de euforia y placer, luego bajones, cada vez hay que consumir más, cada vez más bajones, después síndrome de abstinencia, craving, con síntomas físicos y psicológicos y dependiendo de la gravedad no solo se pone en riesgo la salud, se puede llegar a poner en riesgo la vida de la persona.
El 21,3 % de los adolescentes españoles está en riesgo de desarrollar una conducta adictiva a internet debido al uso "abusivo" de las redes sociales, lo que sitúa a España a la cabeza de Europa, según un estudio de la Unión Europea. elperiodico.com
La salud física y psicólogica está seriamente comprometida en todos los tipos de adicciones.
Algunas de las consecuencias de la conducta adictiva puedes encontrarlas en esta lista:
- Irritabilidad.
- Despersonalización.
- Enfermedad mental: brotes sicóticos, trastornos de la personalidad, esquizofrenia, hiperactividad…
- Depresión.
- Ansiedad.
- Fobias, tics, manías.
- Enfermedad física: hepatitis, trombos, infartos, accidentes cerebro-vasculares…
- Conductas de riesgo asociadas al consumo: enfermedades de trasmisión sexual, accidentes de coche, peleas, robos, violencia.
- Pérdida de memoria.
- Aislamiento social.
- Estigma Social.
- Pérdida de trabajo, relaciones de familia, amistades.
- Rupturas de pareja.
3. Dopamina: nuestra aliada
Dopamina: juega un papel crucial tanto en la adicción como para su recuperación.
La dopamina no es la enemiga, pero si la responsable de la motivación, tiene además la característica que potencia o atrae la función cerebral hacia los eventos externos sorprendentes o significativos. Estudios preclínicos y clínicos sustentan la hipótesis de que la dopamina además, interviene en procesos de aprendizaje y atención.
A través de nuestra conducta podemos hacer que trabaje a nuestro favor o en contra. Si ponemos nuestra atención en sustancias altamente adictivas y perjudiciales para la salud, o en estímulo placenteros de escaso valor. P.ej., cuando hablamos de redes sociales, un like, un corazón, no nos aportan calidad ni valor, si no un momento fugaz de placer. La dopamina estará trabajando en nuestra autodestrucción, nos dejará sin energía ni motivación para actividades que requieran de un plazo mayor y más esfuerzo. Pero si, por el contrario, dirigimos nuestra conducta y hábitos hacia estímulos o actividades que nos aporten valor, que requieren de esfuerzo y constancia, conseguiremos regularnos, aumentar la motivación hacia esos hábitos que merecen la pena y que nos den recompensas aún mayores y de gran valor.
4. Cómo tratamos la adicción en Terapia Viva
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En Terapia Viva trabajamos integrando varios modelos científicamente probados para el tratamiento de la adicción, como el Modelo de los Estadios de Cambio de Prochaska y DiClemente y el Modelo de Toma de Decisiones de Janis y Mann con los que pretendemos cubrir globalmente todo el proceso de cambio, desde que una persona advierte su problema de adicción hasta que ese problema deja de existir. Es un modelo tridimensional que integra estadios (cómo es la secuencia de cambio), procesos (cuáles son los procesos subyacentes al cambio) y niveles de cambio (a qué niveles afecta la conducta problema y dónde debe dirigirse la intervención).
En Psicoterapia vamos a destinar unas primeras sesiones en evaluar el tipo de adicción, el grado, el estado de la persona, para adaptar el tratamiento a cada caso en particular. Trabajaremos de forma cognitivo-conductual elaborando un plan de acción personalizado a tu problema y tu tipo de adicción.
Por otro lado, conforme el tratamiento vaya avanzando se irán trabajando los problemas subyacentes a la adicción, por lo que intervendremos con una terapia emocional y relacional destinada a buscar la autonomía, estabilidad y funcionalidad de la persona, de tal forma que pueda restaurar su vida y despertar a un nuevo comienzo.
Se trabaja también con el sistema familiar, se asisten a las familias o parientes cercanos para que las relaciones sanen y las conductas dentro del sistema de referencia estén en sintonía con la recuperación.
Es muy importante que la persona que quiere tratar su adicción adquiera un compromiso de desintoxicación o no consumo. Por lo que trabajaremos en la desintoxicación, así que además de tus sesiones de Psicoterapia contaremos con una red de apoyo multidisciplinar:
- Psiquiatra experto en adicciones para tratar farmacológicamente los efectos del síndrome de abstinencia o los subyacentes como la ansiedad, la depresión, entre otros.
- Centros Asociados Especializados en Desintoxicación si hiciera falta un ingreso.
- Así mismo, recomendamos acudir a sesiones de grupo en Asociaciones que suponen un gran recurso, ya que se puede contar con el apoyo y acompañamiento de personas que han pasado por lo mismo, están en vías de recuperación y/o lo han superado.
Para otros tipos de adicciones, como las conductuales en las que no intervienen sustancias, se trabaja de igual forma, incluso se valora, dependiendo de la gravedad, si es necesario un ingreso para la deshabituación de la conducta.
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